MALDICIÓN DEL ENAMORADO
Ha surgido del aire tu caricia
y que prestos mis labios recogieron
puesto que en ti mis ojos nunca vieron
verdad, sólo mentira y la codicia.
¡Qué maldad, qué horror y que sevicia!
Con el tiempo las horas me escribieron
falsedades sin fin, solo quisieron
trasladar a mí tanta injusticia.
Mentir mi cuerpo y confundir el alma
sin duda hacerlo errante y peregrino
y no hallar en el tiempo venidero
la paz ni sosiego placentero;
¡que mi vida se mude en desatino!
¡nunca jamás a mí llegue la calma!
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viernes, 6 de febrero de 2009
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Enamorarse: que contradicción.
ResponderEliminarEsa parte terrible de un enamorado en solitario es "casi" "casi" un otoño verde y florido.
Bonito poema.
Anónimo, o quizá puedo conocerte, pues sientes como yo el otoño. El amor es fugitivo y tantas a veces se derrite entre las miradas, entre unos dedos que no pueden acariciar a la amada.
ResponderEliminarEl otoño en sus ocres resplandece sin que podamos evitarlo. LLego a pensar que esta estación del año es el color del enamorado o de la enamorada silente.
Gracias por la consideración de comentar el poema y por tu calificación tan de agradecer.
Salva