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UNA TARDE DE DOMINGO II
Se escuchan silbidos de frío
arremolinados entre aspavientos de soledad
en una tarde de domingo.
Las voces de muchachos que gritan
en una atracción de feria
acompasan el gris del cielo.
Dibujos perfilados entre nubes
que cuestan descifrarles su sentido.
¿Qué me dicen?
Parece un tam tam que olvida
que recoge sobre mí tu boca desvaída
otras veces, es mi anhelo, plena de vigor y fantasía,
hoy ya se me hizo descuidada.
Tarde de domingo que solícita
vienes a mi lado
junto a mí pronuncias tu quejido
me acompañas en esta calma
habitúas en eterna y dilatada espera
cada minuto en este otoño húmedo.
Hoy te vi por la rendija imaginaria
de la ventana al mundo que yo tengo,
frente a mí me descubre lo no visto
de sueños eróticos donde en ellos
divisé tu cuerpo perfumado,
sentí tu sexo junto al mío,
lamí tu cuello y mi lengua
quiso conquistar lo que no fue suyo.
Me arremoliné junto a tu cuerpo,
fui feliz.
Todo fue sueño.
Contento, alegre, satisfecho sueño.
¡Qué bien escribes!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias sinceras.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.