SOLO, SOLO Y SOLO

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SOLO, SOLO Y SOLO

El aire recorría tu mirada
y negabas mi palabra
y aún opuestos, te observaba,
me observabas en silencio;
encontrábamos en el no
lo que nos une.
Entretanto el sol te iluminaba,
callaba mordiéndome la lengua,
¡callo tanto…!
Quizá el sentido me ha perdido,
la reflexión hasta el agotamiento,
y no hallo, aún queriendo, mi camino.
Da igual quien me rodea,
la contraria encuentro, no lo dudes,
solitaria,
y se hace de mí mi compañera.
Cuando el blanco de una nube
rodea el cielo luminoso,
se torna en nube gris
y deviene en tormenta imaginaria,
y no la quiero.
Cuando tú me miras,
cuando te rozo,
siquiera una brizna de un hilo tu ropa
mudo permanezco,
callo y observo y sueño
y completo mentalmente ese cuadro
que cada minuto
yo sólo me dibujo,
¿lo notas?
te pregunto soñadamente:
¿Qué pasa?
y no quiero que pase nada;
es mi respuesta.
No puede pasar nada,
sólo que el amor inmenso
que desconozco, no viene a visitarme,
¿existe?,
se torna sufrimiento.
Sólo que el tiempo que mis dedos lo retienen,
lo imaginan retener, quiero creerlo,
se torna líquido y entre ellos
se escurre suave, etéreo.
Sólo que son tan pocos
los besos que darte puedo,
los imagino,
que minúsculos se llenan de deseo.
Sólo que estoy solo
rodeado y agobiado por ciento
mas me encuentro obsesivamente
solitario, solo, solo y solo.