A JOSÉ MARÍA YUS

JOSÉ MARÍA YUS

De tierra arriba, casi en la sierra,
do nace el agua
que no ha mucho ella sola,
ahora dicen la jodida
que nos viene combinada,
nos refrescaba la boca seca,
cocía las legumbres,
limpiaba la podredumbre…,
amos que nos servía pa todo.
Pero es agua de los dioses,
sinceramente prefiero,
la que se cría en el monte,
la que se pisa al octubre,
la que fermenta al tiempo
y el azúcar lo convierte
en delicia jaranera,
te deja la boca aspra,
no importa, me digo yo
la afinaré con costillas;
el néctar de las ninfas,
con las ninfas incluidas,
nos hagan buena compaña.
La ambrosía del que pena,
¡ay! que las penas espanta,
el bebedizo de Ulises,
astuto el condenado,
vino a engañar al gigante
pillando la tronzadera;
engáñanos José Marí,
llévanos por esas cuestas,
méteme en la bodega
y que me saquen si pueden
después con la tripa llena,
el gaznate arremojado
y soltado el repertorio
de jotas y malos cantes
que sientan de puta madre.
Qué suerte que hemos tenido
pues a doña Francisca
-fuerza de la naturaleza-
la pudieras festejar
y al tiempo matrimoniar.
Así te hemos conocido
con tu cima toda albea
tus ojicos pequeñicos
la nariz mu respingona
los morricos que se esconden,
toda tu cara afilada.
Entrañable criatura
al que te queremos todos
y mucho más te querremos
si algún día en Alacón
nos pegamos la merienda
por todos los siglos
de los siglos venideros
amén Jesús.