PERE
Mirada franca, cálida y sencilla
con ingenuidad llena de arrumacos
que acompaña y hace con ella consuelo,
justo al lado, siempre al lado…, y si no buscas, o preguntas, indagas y al fin encuentras.
Aquel decía que de frente despejada
eludiendo una realidad que el paso del tiempo no perdona su caída.
Tú ofreces perenne sin pedirlo el brazo de ayuda fraterna. Siempre.
Parece mentira y fue ayer aunque sin conocerte
nos ganaste uno a uno, una a una, todos juntos.
Y, ¿recuerdas cuanto tiempo ya ha pasado?
Tus bromas o las nuestras que compartes y después repartes la sonrisa de lado a lado, sin enfado.
O esa nota esperada y generosa, ¡no tienes precio! Generoso,
que califica el condumio, mejor la opulencia del estío.
¿Sabes?, tu nombre pronunciamos con la “e” final en ese exceso abierta
y resulta oportuno para después, justo después, cuando en la sobremesa calificas.
Conjunción de astros, -o es preposición, o adverbio o vete tu a saber qué categoría-
pero hizo que vinieras, mejor que un buen día acompañaras,
y allí llegaste, donde cada año te encontramos, nos juntamos.
Vivimos.
¡Qué suerte que tuvimos cuando entonces -¿recuerdas cuanto tiempo ya ha pasado? -
nos unimos a ti y junto a ti tuvimos consuelo.
Nada de tiempo ha pasado ni nadie puede separarnos,
las agujas difuminan lo olvidable y acrecientan en la memoria lo hermoso del recuerdo
grabando en sus casillas una sonrisa, un beso o un abrazo.
Mayo de 2007
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miércoles, 4 de febrero de 2009
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