
LA PROVOCACIÓN
Quizá cuando me leas
recuerdes que un día
clavé mi mirada
en tu mirada.
Siempre insistes en el mismo tema,
me tienes aburrido.
Si es que quieres dilo claro;
tal vez me lo plantee
quizá le dé respuesta a tu desasosiego.
¿No te das cuenta que provocas
sólo con tu cuerpo?
¡Calla!, mejor no hables,
no compliques más,
estás mejor en el silencio.
Aunque no lo creas
te miro siempre que quiero
de arriba abajo;
me hastía la impotencia
de callar y decirlo
cuando no quiero.
Quizá a escondidas,
en secreto,
como dos adolescentes
que compartiéramos el lecho.
¿Te imaginas?
De novatos investigar
y descubriendo unas caricias nuevas
de manos nuevas,
de besos con labios inéditos.
Tal vez me lo plantee,
quizá le dé respuesta
a tu desasosiego.
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