¡Y NO ES A VECES!

¡Y NO ES A VECES!

Solo a veces escucho tu mirada
solo a veces miro tus palabras
solo a veces creo interpretar adecuadamente tanto sentimiento
solo a veces me encuentro sordo a tus requerimientos
solamente a veces, solo a veces,
y debiera serlo siempre el impedir esta ceguera,
pero solo es a veces, solamente a veces,
solo a veces.

Tus manos y tus ojos
mis labios y los tuyos
después de tanto tiempo…
aún nos buscamos.
¡Y no es a veces!

Es un fuego,
¿recuerdas?
que siempre deja su rescoldo
a pesar de tantos años transcurridos
y apenas, en lo que asemejan cenizas,
damos un soplo
reaviva ligera y mansa su flama
que nos envuelve en su sosegada y ya dócil hermosura.
¡Y no es a veces!


Nada que ver,
¿recuerdas?
con aquella otra que mudó ligera
que alcanzaba cualquier espacio
no importa el momento ni donde…,
no importa el tiempo ni la hora…

Solo a veces una mirada
solo a veces dos palabras
solo a veces reverbera hacia ti y hacia a mí
fuego y sentimiento
solo entonces, entonces solo entonces…
¡Y no es a veces!

En un suspiro ganamos este tiempo
que ahora acompaña cada soplo
cada instante que vuela en desapego
y quiero dejar en tu boca mi delirio
de pétalos de rosa roja y de fuego.
¡Y no es a veces!

Sueños de placer de noche oscura
caricias de mis dedos que descubren aún tu cuerpo
silencios apenas acallados
por el unirse de los labios
por el mecerse el uno junto al otro
por ese nudo de piernas
por estrechar tu cuerpo junto al mío
por ese abrazo que es buscado
por ser tú y yo
por simplemente ser los dos en uno.
¡Y no es a veces!

Hoy quiero dejar de nuevo escrito,
eres y lo has sido preeminente en ello,
en voces que a veces pasan desapercibidas
eres testigo y compañera a un tiempo de mi tiempo
junto a ti descanso y crezco
con el paso silencioso de los años
con el cadente e inmisericorde
del nacer la primavera,
cada primavera un seis de mayo
mi deseo de ser y estar junto a ti sereno
de sentirte risueña
y esperar como siempre cada año
el paso del tiempo junto a ti tranquilo.
¡Y no es a veces!

Salva. Barcelona, 6 de mayo de 2008