SALVA - LANDER

PENSAMIENTOS, LAS IDAS Y VENIDAS DEL TIEMPO, LOS RECUERDOS, LA AÑORANZA, LO QUE FUE Y NO FUE, LO QUE NUNCA HA SIDO.















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miércoles, 4 de enero de 2012

PALABRAS PARA ANA














PALABRAS PARA ANA

Ya no puedes volver atrás,
el tiempo pasa indefectible,
te haces grande y creces,
no juegas con arrumacos,
ni mis caricias te dicen tanto…

Llorarás, no importa sigas sollozando,
lo que anhelaste eterno
se disipó en un instante,
apenas un segundo,
entonces yo te digo:

la vida pasa, cada minuto
se reconstruye virgen
a sí mismo inexorable
sigues viviendo.

Camina hacia adelante
marcando el horizonte
fijando el sutil sendero,
tu huella deja perfilada.

No pares, no te detengas.
 
Dirán al grito mil falsedades
mira, guarda para ti
o mejor no escuches.

Pronunciarán embustes
que conviene desoírlos.
Pisarán mil veces sobre ti,
tomarán tus palabras
harán suyas las que un día
tú dejaste escritas.

Sólo entonces acuérdate
las que yo te referí
pensando en ti
como ahora pienso.

Pasado un tiempo
lo evocarás callada y sola
a quien te escuche
junto a ti próxima
que fue memoria
evocación, todo pasado,
ya se cubrió de inadvertencia,
se escondió en el olvido.

Recuerda entonces
pensando en mí
lo que ahora digo
y dejo escrito.

Qué hermoso que es vivir,
atenazar entre tus dedos cada día
la brumosa luz del alba
ceñir la calidez de la tarde
sobre tu nuevo cuerpo.

Respirar hondo, determinar
que nada apareció,
que todo está por alcanzar
miles de metas en tu perspectiva.

Es entonces y solo entonces
acuérdate que te escribí
estas palabras que aquí te dejo
pensando en ti, sólo pensando en ti
como ahora pienso.

martes, 3 de enero de 2012

FAUSTINO EL ANDARÍN











outono.net


FAUSTINO EL ANDARÍN

Faustino empina la cuesta solitario,
así retorna a mí firme su recuerdo
en esta tarde. Tu retrato:
mirada mohína,
escondida entre arrugas ocres,
mierda de años
que los soles castigaran;
no advierto tus ojos, se me antojan negros,
como negro fue tu sino;
una boina raída, puerca de cuadra,
que pregona a lo lejos su hediondo
maquillaje;
encorvado todo tú,
una chaqueta de vete tú a saber cuál color
un día lo envolvió toda ella.

Tus manos callosas,
sucias y ajadas por el tiempo
sujetan al hombro la herramienta.

Subes.

Semblante triste,
paso cansino;
la mano alzada sujeta y aprieta el puño
que maldice no sé qué imprecaciones
apenas comprendidas,
propiciadas por un chucho y su ladrido,
dirigidas a cualquiera que sienta cerca;
una azada desgastada de decenios,
levantada al aire amenaza un golpe falso
en claro desafío a nadie,
en su impotencia
que hoy comprendo.

¡Son tantos años!

Rieron la gracia del perro y su ladrido,
allá a lo lejos, desaforado
ladrarle largo y sin sentido.

Fueron-fuimos terribles, crueles
o simplemente ignaros de la realidad
como mis gentes,
que observan-miramos a otra parte
cuando la miseria, el hambre y la desidia
teníamos tan cerca.

Ido el perro,
asustados los zagales,
todo termina, vuelve la calma,
sigue el hombre su camino.

De nuevo a lo lejos resuenan
los golpes sobre el yunque,
doman la herradura, le dan forma.

Faustino el Andarín desdeña las miradas,
sigue su camino.

Rezongando, vete a saber que letanías,
se marcha calle al frente.

El sol se esconde,
vence la tarde,
el juego interrumpido de chiquillos se acalla.

Se pierde la algarabía de risas.

Al fondo tuerce el hombre hacia su cuadra-refugio.
Enero 2012