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Amiga:
permaneces callada y no conozco tus motivos,
corrió sobre ti una neblina espesa y apenas logro divisarte,
ni siquiera intuir nada de ti ahora puedo.
Te imagino a cubierto de hermosos soportales
paseando silenciosa por la plaza que he soñado
recorrer mil veces en charla a tu lado,
mas ahora captando en un segundo
siempre, no sé si a mi pesar,
igual es un verso de allende los mares.
Quizá reencontraste ese amor que yo tanto busco,
con él le platicas quedito esos versos
de amores escondidos
que hay que saber entrebuscar
en sinestésicas metáforas
que viajan por el viento allá donde te esperan
como Apolo para sanar tu herida
que el dios Amor dejó sobre ti olvidada.
¿Ahora callas para que nada pueda conocer?
Quizá es otro sueño en una soledad buscada
que me abraza hasta extenuarme.
Has de conocer como tus silencios
prolongados, me acercan más a ti y a tu figura
siempre en imagen fija por un camino
de otoño venturoso, crujientes las hojas,
las castañas queriendo rendirse a tu pies
en hinojos y tierna pleitesía.
Allí te hallas como en foto fija
de eternos equinoccios, y me esperas.
Al menos eso pienso.
